Los anclajes químicos se presentan habitualmente en dos formatos diferentes: el cartucho de plástico y la cápsula de vidrio. En ambos formatos hablamos de productos bi-componente por lo tanto, independientemente del formato, dentro encontraremos los dos componentes: la resina y el reactivo.
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A pesar de que ambos formatos tienen semejanzas y pueda parecer que su utilización y alcance es similar, existen diferencias muy importantes. Se indican a continuación:
1. Profundidad de instalación: mientras que las cápsulas de vidrio tienen una profundidad de instalación fija, las fijaciones realizadas con cartucho permiten la instalación en un rango de profundidades. Esto quiere decir que en los anclajes por inyección tenemos la posibilidad de ajustar la profundidad de instalación en función de los requerimientos de cada caso, instalando a menor profundidad para cargas bajas o a mayor profundidad para casos de mayor exigencia.
IMPORTANTE: las cápsulas químicas no pueden apilarse una detrás de otra. Dicha fijación no estaría cubierta por la homologación, no pudiendo garantizar las prestaciones del producto.
2. Residuos: Las cápsulas químicas contienen ambos componentes dentro del propio formato y su mezcla de ellos se realiza en el interior del agujero durante la instalación del espárrago metálico. Por otra parte, en el caso de los cartuchos, esta mezcla a de realizarse a través de la cánula mezcladora, desechando la parte inicial del producto hasta alcanzar una mezcla homogénea. Este proceso conlleva la generación de residuos que, si bien no es abundante, es mayor respecto a las cápsulas. Además, en los anclajes por inyección, al introducir el elemento metálico es probable que se produzca un rebose de mortero en la boca del anclaje, que hay que eliminar.
3. Accesorios: Para realizar la instalación de un anclaje químico es necesario realizar el agujero y limpiarlo tanto con el cepillo como con la bomba de aire. A continuación, se rellena el agujero con el anclaje químico y se introduce el elemento metálico. Para realizar estas acciones los elementos comunes a ambos formatos son: taladro, broca, bomba de aire, cepillo y elemento metálico. Sin embargo, para la extrusión del cartucho será necesario contar con una pistola aplicadora para cada formato de cartucho y una cánula mezcladora específica. En el caso de la cápsula química es necesario contar con una boca y un atornillador a baja velocidad para romper la cápsula por medio del impacto con espárragos tipo EQ; estos espárragos deben tener una cabeza hexagonal para alojar un vaso que permita el girarlos durante la instalación.
4. Proceso de limpieza del agujero: Al tratarse ambos casos de anclajes con principio de funcionamiento por adherencia, la limpieza interior del agujero en el material base es crítico para conseguir las prestaciones del producto. No obstante, el proceso de instalación de la cápsula, donde el espárrago se debe insertar en el agujero mediante rotación a baja velocidad de forma que rompa la cápsula y mezcle entre sí los componentes, genera un efecto arrastre del polvo remanente en la cara interna del agujero, mejorando así la adherencia del producto. Por ello, las cápsulas son menos sensibles a la calidad de la limpieza del agujero en el material base.
5. Coste: si bien cada caso es diferente y pueden existir particularidades, en términos generales se puede afirmar que la instalación de cápsulas químicas es más costosa. A igualdad de fijaciones, será necesario utilizar una cantidad mayor de cápsulas que su equivalente en cartuchos, siendo estas además en general más costosas a igualdad de condiciones.
6. Embalaje: Estos productos se presentan en cajas master que en el caso de los cartuchos suelen contener 12 unidades. En el caso de las cápsulas pueden contener entre 6 y 10 cápsulas en función de la medida que a su vez van en cajas máster. Además de las diferencias mencionadas, cabe destacar que por el formato de las cápsulas químicas son mucho más frágiles y en caso de caída es mucho más probable que se rompan que los cartuchos plásticos.
7. Riesgos laborales: Al ser la cápsula de vidrio, es más sensible a roturas por manipulación, que podrían llegar a producir heridas al operario.
8. Logística: Las cápsulas de vidrio presentan mayor fragilidad, por lo que su manipulación durante todo el ciclo logístico debe ser más cuidadosa. Por otra parte, se debe gestionar una medida por métrica, mientras que los cartuchos de los anclajes de inyección son válidos para todas las métricas.
9. Aplicaciones: los cartuchos químicos son productos más versátiles y cuentan con más posibilidades que las cápsulas químicas. Entre estas posibilidades se encuentran la fijación en mampostería, la conexión de armaduras post-instaladas y la fijación en hormigón fisurado y no fisurado que, salvo excepciones, no es común en las cápsulas químicas.